
Para este inicio de año les traigo una maravillosa propuesta cuyo título
podría sugerirles suspenso o misterio pero que, muy por el contrario, se
trata de una obra jocosa a más no poder del escritor español Eduardo
Mendoza.- Si nunca han leído nada de este autor les puedo vaticinar que
se reirán, a mandíbula batiente, con su espectacular forma de escribir y sus
singulares personajes.
El caso en cuestión gira en torno a un protagonista, sin nombre, quien no es
más que un loco bastante lúcido, sacado de una clínica para enfermos
mentales, con la misión de asumir el improvisado papel de detective;
debido a que el comisario Flores, conocedor de la lejana experiencia como
delincuente del demente en cuestión, le propone la libertad a cambio de sus
servicios para resolver un caso un tanto extraño: la enigmática desaparición
de una niña interna en el colegio de monjas de San Gervasio. Un suceso
que, al parecer, ya había ocurrido seis años atrás y que no acabó de
resolverse.
No puedo decir mucho más para no revelar detalles, aunque si puedo
adelantar que esta vez el caso si se resolverá satisfactoriamente, no sin
antes atravesar los más inimaginables vericuetos que, en los momentos
menos apropiados, hacer reír a uno a carcajadas sin poderlo evitar;
comenzando por los estrambóticos nombres de los personajes y sus muy sui
generis características físicas y mentales.
Para darles una leve idea de cómo funciona el “mecanismo” de
pensamiento general de la obra, aquí les dejo este bocadillo: “ …y el
comisario arrojó el resto del puro … por la ventana.- Transcurrió otro
embarazoso minuto, al cabo del cual volvió a entrar el puro volando por la
ventana, lanzado, con toda certeza, por uno de los asilados, que debió de
pensar que se trataba de una prueba cuya resolución satisfactoria podía
valerle la libertad”.- Espero lo disfruten como yo!!!