Al amanecer de la mañana de San Andrés, Viagnehy saltó de la cama con más entusiasmo que de costumbre. Fue directo al rincón de su habitación donde la noche anterior había puesto la caja de zapatos que contenía las tres vejigas de cumpleaños que había llenado cuidadosamente con agua de la llave. Ahí estaban. Tres vejigas de tres colores diferentes, …