Y pudo más el miedo que la libertad que quiso tener. Así nos pasa, casi siempre, a los humanos. Ante el cambio, el crecimiento – o cualquier encrucijada – suele poder más el miedo que la libertad. Quisiéramos ejercer de libres, cómo no. Pero el miedo, por naturaleza enemigo acérrimo de todo lo que huela a independencia de criterio o …